Qué decirte que no sepas,
que Harry Haller,
el lobo de las estepas,
está dentro de mí, lobo hambriento.
Que caerá la Torre de Pisa
y un día verás al viento
zarandear mi sonrisa
y elevarla en audaz vuelo.
Que una barca bajo el suelo
navega de orilla a orilla,
y Caronte… sin pañuelo,
con la mirada hecha astillas
en el llanto más sincero,
porque nunca podrá ser
de su barca, pasajero.
Que las lluvias han borrado
el azul de las veletas
¡y los campos chorreando!
qué decirte que no sepas…
Quizás…
Que en las tardes más oscuras,
cuando apenas hay un filo
de luz en el cielo burdo,
entre tristeza y locuras,
tu recuerdo busca asilo
en mi corazón absurdo.
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¡¡¡Geniales versos!!! buen poema…
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Buen poema compañero! Me ha gustado la referencia a ese lobo estepario…
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Un poema para vislumbrar la presencia del “lobo de las estepas” dentro del yo poético.
Versos que van anticipando cambios y mostrando melancolía y búsqueda en medio de la oscuridad.
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Enhorabuena por el poema. Muy sentido y muy logrado.
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Bárbaro, Omar.
Todo el poema, magnífico.
Disfruto leerte
Gracias, Andrés. Hace años empecé a leer el lobo estepario pero cuando me quedaban exactamente 4 páginas ocurrió algo que me hizo dejarlo a un lado (no recuerdo muy bien el qué) y nunca lo retomé . Algún día .
Muchas gracias Alejandro. Genial análisis del poema .
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Muchísimas gracias, homopoeticus .
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Gracias wallace ! Esa parte que has citado, y aunque parece simplona y sin más… por algún motivo que ni yo sé, es mi favorita.
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