Puntos de sutura(para corazones desangrados)

deseandoamar

Ella paseaba como si el Sena estuviera en su ciudad. Se paró como cada día a mirar las flores, agarró la más hermosa, pero no se fijo en las espinas que escondía.
Él nunca paseaba, sólo caminaba, comiéndose la vida a mordiscos de una hora.

A Ella le sangraba a borbotones el ayer y el mañana , creyó que por una vez la cruz no significó perder. Él solo tenía una cara de la moneda.

Ella nunca plasmó sus sueños en un papel, pues es imposible soñar lo nunca se quiso tener. Él era al que abrazaba cada noche en el lado vacío de la cama.

Ella era las miradas, los papeles que nunca mostró, la canción que Él nunca quiso escribir.

Tenían el corazón tan roto que solo les quedaba un pedazo. No sabían dónde estaba el resto, lo habían regalado poco a poco y no se molestaron en buscarlo.

Ella le puso la vida a sus pies, para que Él aprendiera a pasear. Él le dio su cuerpo y Ella lo quiso guardar dentro de su piel.

Y se pararon las manijas de todos los relojes. También se rompieron los espejos. No tardaron en prenderse las distancias entre los puntos cardinales de su cuerpo.
La resaca era hacer el amor. Solo existieron en el mundo dos perfumes, dos miradas, disfrutaron de cada edificio, cada calle, cada jardín.

Pero este amor era como una papelina a las 7:30; o te da la vida o te mata . Y de la luz de neón a la luz del sol hay la misma distancia que de la risa al llanto.

De repente; cuatro llamadas pérdidas y un mensaje en el contestador.

Y volvieron los relojes a girar, las explosiones al norte de Kabul, los bolígrafos y los papeles. Por cada verso: dos pasos atrás. Las miradas volvieron a clavar, regresaron los perfumes, chillaron los espejos y cada cama volvió a ser buena mientras hubiera alguien con su “esta tarde te llamo”.
El dormitorio volvió a ser ese lugar al fondo del pasillo de la cárcel, la losa acumulada , la prensa sin leer y las 2:50, las 4:40, las 5:56…
Los “cubatas” a las 18:00, la farlopa en el bolsillo y el hachís con cerveza para desayunar…

Ya era tarde cuando por una vez Él se atrevió a gritar: “me estaba olvidando de olvidar.”
Y Ella escribió un verso por primera vez: “Te quiero, adiós”.

*Imagen extraída de la película “Deseando amar”. (2000) de Wong Kar-Wai.

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Wow… Peliculón y poemazo.
Menuda historia de amor te has marcado, Isra.
He disfrutado tu poema tanto como hice en su día con esa gran película.

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Muchas gracias, Mrs. Wallace …me parto con su comparación con este trasto y " Wonkarwai"…
:black_heart::rofl: Un abrazo!

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Excelente película siempre que la veo me gusta más
muy oportuno tu poema.

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Muy buena narrativa

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