Pudiera ser que mi doctrina interna
no tenga solución hoy día alguna,
puesto que ni marchándome a la luna
se borrará la educación materna.
Igual espero solo en mi caverna
que algún día mejore la fortuna,
pero lo que se gesta ya en la cuna
de por vida en la piel igual se hiberna.
Por eso ni pegándome faroles
lograré convencer a mis quereres
componiendo románticos sonetos,
porque ni cultivando girasoles
lograría esquivar los menesteres
que al tiempo merecieran sus respetos.