Pronombre posesivo

De qué serviría un pronombre posesivo
Si mis reflejos no reconocieran su cercanía, su voz.
Si se apagan todos los recuerdos compartidos.
¿Es necesario llamarlo mío?

Si ahora la libertad nos confiere paz.
Aunque esconde una fidelidad no admitida,
Miedo a reconocer lo que un « nosotros» haría.
¿Es necesario llamarlo mío?

Si no se puede tener todo,
Y el arte de amar sin capturarlo todo, es filosofía.
Si se abre para mirar de otros ojos lo que el mundo limita,
Y debate conmigo esperando encontrar más, una salida.
¿Realmente es necesario llamarlo mío?

No es necesario ni que sea mío, ni ser suya
Las palabras se quedan en el aire,
Pero este poema inmortalizaría al responsable.

No es necesario llamarte mío.
Soy libre, pero he escogido esperarte.

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La libertad de uno mismo empieza por no pertenecer a nadie, sólo al viento. Buen poema. Saludos.

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Tus letras me presentan todo un reflexivo cuestionamiento sobre la propiedad en el amor.

Siento que habilmente exploras la libertad en la relación y la filosofía de amar sin posesiones.
Y en eso, la elección de esperar, en lugar de reclamar, destaca la autonomía y la conexión consciente.

Toda una expresión poética que inmortaliza la elección de la espera en el amor.

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Es de mi agrado que a usted le haya cautivado mi composición. Saludos.

Es exactamente lo que quería expresar, respetar la decisión de cada persona, la decisión del destino. Es de mi agrado que a usted le haya cautivado mi composición. Saludos.

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No somos dueños de nadie, a veces ni de nosotros mismos. La vida nos llama a ser mortales, sin elección vivimos del recuerdo de algunos días de felicidad, está en nosotros ver el amor no en los ojos de un amante, sino en el arte de la simplicidad de sonreír.

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