Préstame un beso

Préstame un beso,
dijiste en un instante
de confusión.

Y te mandé
un beso con mis versos
y algún suspiro.

No hubo preguntas,
tampoco explicaciones,
porque te amaba.

Pasó algún tiempo.
Nos fuimos distanciando
cual ley de vida.

Tú conseguiste
la cima de tus sueños
y sonreías.

Yo caminé,
sin rumbo por veredas
tras las estrellas.

Hace unos días
tus pasos coincidieron
con mis pisadas.

Y recordé
el beso, bien prestado,
de aquel poema.

Te sonreí,
callando las palabras
que me nacían.

Te vi feliz,
y yo lo fui, a la vez,
entre mis letras.

“…En un poema
guardé mis ilusiones
y tanto llanto…”

Rafael Sánchez Ortega ©
13/12/22

3 Me gusta