Haz entrado en mi vida sin entrar
y salido sin salir;
llevo un ansia
o mi ansia cabalga
galopa a toda “distancia”,
cual caballo desbocado
por conocerte;
porque no es “velocidad”
en el tiempo sin tiempo
la velocidad no tiene sentido, ni existe…
sin embargo en la penumbra de la noche
que no es más que tu vida
tu recuerdo en imagen,
se desvanecen… las ganas,
como un velo que cae halado por el viento
y desaparece sin dejar un rastro siquiera
en mi corazón pero sí en el pensamiento
y las circunstancias del anhelo.
El tiempo tesoro insondable
No se presta a desgaste
pérdidas de tiempo
que no tengo,
despilfarro de energía
que como sea
succiona sin succionar
se gasta sin gastar,
se vive sin vivir
y se agota en el tiempo sin tiempo
porque si hay vivencias,
hay compartires
pero no los que deseo,
espero, añoro y merezco.
A veces querer no es suficiente
y es bien claro que un masmelo comido,
antes de tiempo, trae sus consecuencias
y es disfrutar el momento
y perderse de la recompensa
aunque a veces la recompensa
del momento vivido
es suficiente complacencia,
satisfactoria y jactanciosa
de presumida belleza,
que irradia y alegra aunque
por un momento sea,
y aunque ser sugirieras…
ser más que un simple masmelo
al que Tinder invita y nada más a ello,
a veces proyectada apariencia,
más mi espíritu optimista
me incita a descubrir
a alguien verdaderamente
interesante pareciera
alguien con quien compartir
en una aventura verdadera.
Desveladas noches de locura
aromatizadas de palabras
interminables e infinitas
nuestras miradas que se sumergen
las unas entre las otras
de espejos infinitos y profundos
embelesados el uno con el otro
abstractos y absortos
pues las mieles del amor convergen
en regocijados cuerpos
que se convierten en uno
regodeantes los deseos sublimes
se extasían plenos y serenos,
mientras la ensenada
que yace en el tiempo,
se consumen dos cuerpos
incesantes de pasión
y desbordados de deseo
al ritmo de su atamborado
y desmedido ajetreo
es una danza perfecta
que entrelaza dos cuerpos
sudor incesante alimentado
por apasionados besos
los jugos insustanciales por lo venidero
segregan aquel desfogue
en el inconsumible tiempo
las miradas se cortan
al ritmo de los volteos
enlazada divinidad magna y celestial
en conexión mutua y continua,
las horas consumidas se convierten
en un glorioso… magnífico recuerdo
que alimenta cada día,
cada instante, cada momento
ventarrón despiadado
que me arrebata por un momento,
la realidad inexistente
que alimentada es ilusión arrancada
que me lleva mordazmente al presente,
del jalón de tus prioridades
que roba tu tiempo.
Tus ocupaciones, haceres y deshaceres,
que me lavas, con arrogante indiferencia,
se lleva mis ilusiones y deseos
y los envolata en un más allá que nunca llegara,
la espera desespera cual agonizante impaciencia
y aunque en realidad no me desespere o tal vez lo haga
mis esperanzas se ahogan en la penumbra
de las sombras del olvido
y prefiero seguir sola
en la lobreguez de mis desafíos,
que quieren ver el sol
y vivir en él, radiante de luz y calorcito,
que acoge, abraza y lanza hacia el triunfo.
Yo no busco cualquier cosa,
más disfrazado; en el deseo,
se encuentra el amor,
palabra mayor…
que se escabulle entre los dedos
pues su aroma que inunda
pero no embarga…
por situaciones complejas,
no se amaña, huye…
pues el nido en el que busca anidar
es arrasado por implacable vendaval,
se escapa lejano y certero desafiante
mira de reojo en la lejanía constante
ya cansada estoy de dar tumbos y rodar,
golpearme contra las esquinas,
los bordes, los andenes de la vida
que en círculos te mantiene
cuál lección no aprendida.
Estoy cansada de las rodillas raspadas
y llenas de moretones
de los golpes de la vida,
mis canillas igual de lastimadas
por aquellos golpes bajos
que venir, nunca veo.
La vida me habla
y no puedo ser sorda ante sus gritos,
aplazar y aplazar nunca fue bueno,
lo que es, ¡es! y ha de ser
y lo que no tampoco será.
Se dice siempre querer es poder
y se por mi propia experiencia
que cuando se quiere, se puede,
pese a las circunstancias
pese a los caminos empinados,
empedrados, dificultosos y escabrosos
por más inclinados, penumbrosos…
Siempre que se quiere se puede
sin embargo recorrer mis caminos,
no es caminar en penumbras,
ni en valles de maleza enturbiada
y enredada melena enzarzada
de matorrales espinosos densos y cautivadores
que como luz frenéticamente atrae,
a su trampa de muerte…
mariposas, polillas e insectos,
pues no es lo que observo,
tal vez mi mirada esté empañada
y vea equivocadamente mi realidad nublada
y de ser así caminar sola deberá ser
mi camino por recorrer que no deseo,
hay cicatrices que tal vez yo no veo
porque veo mi propia luz
y me deslumbro ante mis propios valores
que subjetiva es
y tal vez encegueció o encandelilló
mi visión sesgada por el velo
que no deja ver claramente la objetividad
que desgasta el pensamiento.
Si no hay tiempo para mí no hay nada,
pues el tiempo es el tesoro más preciado
en estos momentos que yo añoro,
que deseo y anhelo,
que debe existir en mi
si no hay tiempo nada hay
y nada me interesa por más que el tesoro
que se esconde detrás
de ese aparente inexistente tiempo,
sea una fortuna, de riqueza insondable,
magnífica, deslumbrante,
pues de que sirve si aquí el tiempo
que como maravilla que irradia
en inapreciable momento,
enceguecida al no poderla ver
pues disfrutar no es certero
bien estoy sola y logro más
que en las devanadas ilusiones
de una mala compañía
que brinda momentos agobiantes,
desenfrenantes, y despiadados
que desgastan el alma y el cuerpo,
disfrazados de garantizada tranquilidad sofocante,
al igual una compañía que por maravillosa que parezca,
nada se puede apreciar ni disfrutar
perla infinita que no permite
el goce de tan anhelada insistencia
efímera realidad de una verdad que insiste
porque el tiempo es su mayor carencia.
Segura estoy que un gran ser eres, un gran hombre
al parecer se devela un gran secreto
que por defecto al tiempo sustraes en carencia
en refugio conviertes para huir, escabullirte
suave, resbaladizo en imperceptible y audaz movimiento
y mi tiempo vale más que oro mucho más como para venderlo
al jugar a jugar y al final encontrarme con un gran vacío,
que ocupa el desperdiciado tiempo
peor que el que me invade ahora
lleno de añoranzas y fracasadas historias
Lo quiero todo para mi ser, y que sea;
ser importante y que quien ocupe mi vida lo sea
para tener sexo; la experiencia del sexo; casual o seguro
al concertar con gigolos,
es tal vez la mejor opción,
una transacción segura
a la fija buen sexo por unos cuantos pesos,
tal vez citas indiscriminadas
de sexo insatisfecho, inconcluso,
indefinido que se devana los sesos
en la incertidumbre de citas no acordadas o fallidas.
Pero evidentemente
no es lo único que quiero o deseo,
quiero ir más allá…
Llenar mi vida con alguien que llene la suya
para quien sea y me convierta en su luz, su alegría
carnaval de apapachos, momentos de gozo,
de motivación, de sorpresa,
de diversión, de juegos,
de largas noches e intensas…
de palabras que van y vienen,
mientras las miradas se transportan
por entre las pupilas
hasta lo más profundo del ser
desbordados de hipnotizado
y efervescente manantial,
incesante de creatividad,
y exploración infinita
hechizados y embelesados de tanto amor,
la sabiduría nos acompaña de encanto,
sofisticación, modernismo,
con niñadas, genialidades
y complicidad de la locura
como guía el amor.
Que a estas alturas de la vida
no estoy para rogarle a nadie
y menos mendigar tiempo, ni amor
¿que tal eres para el desprecio?
Dejar de regalarme por tres pesos
en busca del codiciado amor
ya tan refundido como el santo grial
poción mágica que me posee
Sin tener dueño…
sin un dueño,
sin poseerme.
En abismo mágico que me domina
deslumbra y enceguece
sin censura desnudo mis pensamientos frente a ti,
a distancia y sin saberlo,
en penumbra de mis deseos y sentimientos
que se mojan de pasión y de deseo
que se devanan entre mis dedos
que se escapan por entre las hendijas
de mis pensamientos.
Sé que el amor existe
más pareciera que no, porque se esconde
sin precedentes que se escabullen
por los enmarañados recuerdos…
recuerdos que pesan
y atrapan sin dejar salir
ni liberarse de aquel infierno
que quisiera tocar el cielo.
Mis deseos se mojan entre las ganas por tenerte
más no por instantes alargados
sino por siempre amor esquivo
que te escapas, huyes y te resbalas,
cuando creo tenerte
o mi imaginación se desgasta
por alocadas ilusiones que no son más que falsas,
pues no existes y te desvaneces como la luz
cuando anochece por entre mi ventana,
el delirio que grita herido nadie escucha,
pues mi soledad ipso facto, lo cobija y ahoga
desapareciéndolo de mis entrañas,
la rudeza de la frialdad, emergen
pues ninguna talla es suficiente,
siempre surge cualquier disculpa
que asegura el argumento,
para victorioso no escatimar,
la insondable realidad
que conlleva al desprecio del amor
que tanto amo pero que espanto y ahuyento,
también al elegir mal cuando se pone el ojo
pero el tiro no es certero,
tal vez la flecha ancle más el propósito incierto
de querer sembrar en tierra árida
o que mis semillas perezcan o perecieron
seguimos en este juego del amor
a jugar y no jugar
o en esta guerra y al fin quién ganará
en todo caso que siempre gane el amor
el amor propio, el amor solo,
el amor filial, el fraterno…
el amor en pareja, el amor eterno,
universal y perfecto.