Preámbulo

Cada 71 años, Satán, Mensajero de Sofía, hace muestra de sus genes celestes… ¡Pero oh qué grácil, qué fulgente, el Arcángel de la Vida! ¡Vendrá con Él el eclipse espiritual! Y cuántos con Él caerán… Serán de a dos, más de dos, sin esperanza, raptados los hijos del mal hacia los sensibles dominios de la Muerte y ¡Deseo o Angustia capital! ¡Nunca satisfechos de suerte! Dada la ventura se procede a mudar… Raza de pájaros malhechos, huérfanos de algún laberinto, ¡Cada 71 años, recordamos nuestro amor! Nosotros, las cabezas del dragón… Alienado Hecatónquiro, Lucero Siamés, en ti, nuestra errancia por el borde del espejo, en ti, nuestro devenir en la imagen del olvido, tan ¡Centrífugos, Amantes!, tan vueltos hacia el mar, ¡La predilecta madremorgue! Más allá de todo bien… y de todo mal… convenimos el recorrer de la sangre al milagro, el comienzo de una nueva vida, aquí… aquí, la tierra sin voz: en el corazón de la mañana.

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