Con la alberca de secano
poco puedo prometer,
ni siquiera agua ofrecer
que tiempo ha que llueve en vano.
Ojalá que algún marciano
hoy te pudiera rondar
y tanto amor remediar
con semejante sequía,
que yo hasta me alegraría
verte con alguien gozar.
Si por tu amor yo me muero
en justa correspondencia,
valoro tu deferencia
y que lo entiendas espero.
Pues sin ponerte ni un pero
aplaudo tus intenciones
y que Dios honre tus dones
que a mi juicio manifiestas,
con tus escusas honestas
repletas de bendiciones.
Que en el alma una gran grieta
ya me dejó tu cariño,
la que siempre desde niño
en el corazón me aprieta.
Ojalá que la receta
tú las guardes con esmero
y sin ponerme ni un pero
me la devuelvas intacta,
mientras levantando acta
te diga cuanto te quiero.