El papel en blanco
y la tinta en fuego.
Garabatos que arrasan la piel
con solo mirarlos.
El poema en voz
y la voz en llama.
El verso abrasa.
El dolor que quema,
el miedo que asfixia
y por fin…vuelan las letras.
Ahora, el vocablo suelto,
y el incendio se apaga.
La palabra libre, ágil…sana.
Soy poeta por necesidad del alma.