Convertirme no quiero yo en poeta
de la generación de los malditos,
por hacerme entender pegando gritos
que esconda tras el verso una rabieta.
Demasiado quizás me comprometa
al desechar parábolas y mitos,
que escéptico me muestro a los refritos
donde ningún principio se respeta.
Pues el glosar a contrastar ayuda
cuando tomar se toma como un juego
y sin censura alguna se comparte,
si el alma sin tapujos se desnuda
dejando en evidencia justo al ego
con elegancia siempre y mucho arte.