Los versos trepan como hiedras
en la primavera de su garganta.
Con sus ojos, canciones de amor, canta,
hasta oír como laten las piedras.
Más liviano que el aire es el anhelo,
como por inercia, su voz es quien me sube
Hasta me hace tocar una nube ;
Oírla es entrar por las puertas del cielo.
Un banquete de poesía cocinan las rimas.
La música es el condimento
que le da sabor al sentimiento
Y nos alimenta con el placer que lo imaginas.
Narrando el caos, la vida se ve más clara,
en el cristal del sueño
que aún refleja mi suerte.
La poesía te cobija y te ampara
de grandes males para un mundo pequeño.
Cada posibilidad es una rima con la muerte.