hace un día de verano
y ni siquiera he podido terminar
los libros que empecé en invierno,
la primavera me vuelve loca
en el mejor y peor de los sentidos,
las persianas están bajadas
y el sol me hace ver los edificios
como si tuviera purpurina en los ojos;
no me gusta el cielo tan azul
porque parece pintado
por mí cuando era niña.
vi una paloma tomar el sol en la piscina
y una telaraña en las duchas
y me pregunté donde estaría su artista
para evitarla o cerrar las ventanas,
quizá las que maté el otro día
fuesen sus hijas.
es época de dolores de cabeza
y de tirarse en el suelo,
me tumbé en la cama para descansar la espalda
mientras escuchaba a fito
y me quedé mirando los armarios
y como la luz cambia dependiendo
de en qué habitación estés;
recordé los sábados que pasé fuera
y los eché un poco de menos.
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Estos versos, en apariencia tan prosaicos, me parecen potentísimos. Interesante poema, gracias por compartirlo!