Hallé una constelación que no me venía mal,
el viaje a cualquier parte,
una casa sin lugar, senderos para acortar
en destinos olvidados,
rincones para no amar antes de pedir perdón
a limosnas generosas…
la vida de color obvio, inseminando secretos,
destruyendo cualquier prueba,
demostrándome entre sombras
que una gota de silencio
puede ser juez ,causa y parte…
provocar a los teoremas y negar la identidad,
cerrando el grifo del viento…
parir una soledad de botones trastornados,
con dígitos que sonríen como lo hacen las campanas
en el último temblor, a la última embestida…
saliendo poco a poco
de esta zona peligrosa sin corazones o espinas,
me detengo con la gente…dejo pasar a las nubes
y empaparme en su veneno me parece tan sublime…
Vuelvo al caladero del mundo, a sufrir de pensamiento,
enamorarme por nada,
llorar por el mismo ejemplo…
pasear sobre las aguas pendiente de tu mirada,
mezclando los universos con esencias palpitables…
a sonreír a ratos
con la brisa de la luna
desde mi piedra habitada;
puedo retomar el alba, acariciar pesadillas…
pasar pringándose el alma a pura necesidad
sembrando palabra nueva,
quitando astillas clavadas
y las guardo en un cajón, columbario de aguijones,
para un invierno prudente
si se enfría la razón…
solo os habla el corazón,
no son versos todavía.
Dictados de piel adentro.
Pedro…de momento. Septiembre de 2023.