Senagal me dió la vida,
mi nombre es Phillis
como el barco que me trajo;
Wheatley, por el mercader que me compró.
En Boston me pusieron en venta
como esclava;
a los trece años, escribí poemas
en una lengua que no era mía.
Nadie creyó en mi autoría.
A los veinte años un interrogatorio
de caballeros con toga y peluca
me hicieron recitar textos de Virgilio y Milton,
y algunos pasajes de la Biblia;
de mis poemas que había escrito,
juré que no eran plagios.
Fui aceptada.
Tuve esposo y tres hijos,
finalmente,
en diciembre a mis treintaiún años
fallecí, dejando mi huella
en la literatura americana.
Phillis Wheatley: Era mujer, era negra, era esclava,
pero, también, poeta.
PD: Primera escritora afroamericana
en publicar un libro en los Estado Unidos.
“SOBRE SER TRAÍDOS DE ÁFRICA A AMÉRICA”
“Fue la misericordia la que me trajo desde mi tierra pagana,
le enseñé a mi alma ignorante a entender
que hay un Dios, que hay un salvador también:
no lo conocía ni lo buscaba, me redimió.
Algunos vieron nuestra raza azabache con ojos de desprecio,
«Su color tiene un tinte diabólico».
Recuerden, Cristianos, Negros, negro como Caín,
púlete y únete al tren angelical.”
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