Esta hambre calcinada
esta herrumbre cernida
esta incauta lobreguez
indoblegable
ante los olvidos exigidos
porfía
desdeñosa
polemiza en sus recuerdos
zapando en el abismo
que resta
de lo que fui
hondo el corte
amarescente el daño
Ahí
en mi endeble reconditez
destejida la bruma
despejadas las aldabas
de mis íntimas paradojas
Ahí
reposa la ecuación perfecta
del orgasmo total
con el que quise teñir
el plomizo tejido
de nuestra común audacia.
Mas allá o más aca de la perfección, las ecuaciones son los átomos de la aritmética y es posible hacer una analogía entre las ecuaciones y la poesía y es que ambas se expresan en lenguajes tan complejos que su interpretación ideal se hace difícil, no obstante siempre podemos apreciar su belleza al margen de la comprensión. —Aplausos Don Ezrra, un poema muy bien logrado.