“La próxima vez es la próxima vez, ahora es ahora” (Hirayama)
Recogí un día
con sus veinticuatro horas,
y no le dejé morir
a solas
como tantas veces
por esa indiferencia
y esa velocidad
estrellándose
con su propio vómito
Aprendí
a rescatar las ojeras
y a salvar los bostezos
de lo cotidiano,
vistiendo
su letanía
con lo extraordinario
de esos azules
que me ofrece
cada amanecer,
con lo mágico
de esas sonrisas
que se ocultan
bajo los sueños,
con el bálsamo
de esa paz
que brota
de lo sencillo,
con la emoción
de esos hallazgos
que desvela
cada nota musical,
con la floración
de esas lecturas
que deshojan
nuevas amapolas,
con el hoy
sin algoritmos
ni excesos
entre mis manos,
como única pertenencia
Recogí un día
con esos diez mandamientos
y los multipliqué por tantos…
que resultaron
“Perfect Days”
Ref. “Perfect Days” ( magnífica película de Wim Wenders")