Perdonar y agradecer

Dormías,

y a mí todo me parecía más lindo:

tu cuerpo, la noche, lo nuestro.

Miraba cada surco,

cada recoveco,

y la vida se me hacía más bella,

más amable,

menos fría.

Sé qué no lo crees,

sé qué no lo sabes,

pero me tatuaría tu nombre para siempre,

me arrancaría el corazón con tal de no perderte,

con tal de que te quedaras conmigo aquí en mi pecho.

Sé qué no lo crees,

pero sé qué lo sabes,

mi vida era un desastre antes de conocernos,

hoy sigue siéndolo,

pero vale la pena,

porque he conocido el amor,

y eso es más que qué lo hayan correspondido,

eso es más que no haber vivido en absoluto.

Por eso te doy las gracias.

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