Me perdí entre los sesgos de sus ojos,
en la oscura oquedad de su mirada,
en el glaciar abismo
del inmenso talud de sus pestañas.
Navegué por el quicio de sus labios,
por su boca oceánica,
bajo la marejada que, en su lengua,
los besos provocaban.
Descarriado surqué
de su cuerpo su piel y sus membranas,
de sus senos la cálida textura,
del virgo su metáfora.
Y vagué, sin un rumbo hasta el infierno
que es arder extasiado entre las llamas
del rapto contumaz
que cabalga marcial sobre sus nalgas.
Un náufrago, un errante, un vagabundo,
un espíritu impar tras un fantasma,
en tal me convertí
por querer cautivar, audaz, su alma.
10 Me gusta
Una belleza de silva y tan pasional…
que arden sus versos.
Pura llama!!

Saludos poeta! Buen día!
1 me gusta
Un Silva Raúl, con un erotismo tan pasional que hace del poema un arte.
Felicitaciones
Abrazo
1 me gusta
Hermosos versos, poeta!!! Da gusto leerte.
"Y vagué, sin un rumbo hasta el infierno
que es arder extasiado entre las llamas
del rapto contumaz
que cabalga marcial sobre sus nalgas.
Un náufrago, un errante, un vagabundo,
un espíritu impar tras un fantasma,
en tal me convertí
por querer cautivar, audaz, su alma."
1 me gusta
Sinmi
6
Apasionante y bello poema. Vale perderse a veces en ese alguien que nos hacer perder la calma. Saludos cordiales. 
1 me gusta
Muchas gracias, María. Buen fin de semana 

1 me gusta
Un placer que te guste, muchas gracias @wallacegere 
1 me gusta
Muchísimas gracias por tus palabras, Pedro.
1 me gusta
Gracias a ti, amigo.
Abrazo
1 me gusta
Muchísimas gracias, @Sinmi 
Así es, hay personas que son la perdición…
1 me gusta