Per-dona-dos
Serán las ya escasas neuronas,
malvadas experiencias
ramplonas, hirientes,
muro insalvable
a un excelso nivel de conciencia,
tan admirable
seguro,
apacible,
en que el perdón cristiano,
bondadoso, misericorde,
reconciliador,
paz y armonía,
se anula y reconvierte,
el extraño concepto me intriga,
reta mi sosiego
atrayendo múltiples pasiones,
rencor, desamor, ira,
arrastrándolas a la humana salvación,
egolatra, egoísta
y aunque despiadada,
esperanzadora al fin,
traedora de amor a un yo violado,
liberado del pasado,
restañando cicatrices
que dolieron, dolieron…
¿irán curando?..
Triunfe el amor infinito
a la persona que entraño
baste con romper las redes
de culpa, de desvelo,
captadoras de un amante
que jamás amó,
ni amara mi fuero,
mi adentro,
mi semblante.
Perdonaré necedades,
propias,
ajenas,
que obviaron
estas ideas sinceras,
hechiceras….
Si, revolución copernicana.
Si, Nietzsche en estado puro,
transvalorización de valores
que te tornan en bien buscado,
el más deseado,
también valorado.
Restallan valores,
se retuercen con saña
y encuentran miel dulce
que habita tus venas,
un envés que ahora reluce.
Amor propio lo llaman.
Checha, 31 de julio de 2020