Arreglar aquel planchazo
muy difícil se me antoja,
si estando en la cuerda floja
presa soy de tu rechazo.
Y a Dios gracias que un frenazo
justo a tiempo me advirtieron
de tus caprichos, que fueron
propios de moza malvada,
por lo que no espero nada
de lo que a ti me atrajeron.
Si escucharme tú no quieres
mejor me dejes en paz,
si actúas cual capataz
vigilando mis deberes.
Así es que muchas mujeres
quedar se quedan solteras
siempre con las orejeras
tapándole los colmillos,
asumiendo que pelillos
a la mar echar debieras.
Si con tu aire tan gentil
llevarme al huerto pretendes,
y con maña te defiendes
apuntándome un fusil.
Que sea un gesto infantil
desde luego no lo dudo,
pero a tu casa no acudo
por un revolcón ni loco,
si por obviar un sofoco
por ti yo no me desnudo.