Pelicula de serie b

Esta noche te he encontrado

en una película de gansters.

Te estabas basando con un matón de poca monta,

precisamente con ese que no decía nada,

que tenía unos andares algo tontos,

que se le caían las cosas de las manos cuando iba a matar.

He parado la imagen.

Con tu rostro congelado te he llamado con uno de tus nombres,

y en la quietud he visto

que dejabas caer una mirada a la cámara,

como si hubieras querido verme al azar.

Y, otra vez en movimiento,

has sido fiel a tu papel y a la trama.

Llegado el final, he cerrado los ojos,

no has tenido suerte en el reparto,

me he compadecido del hombre que te ha tocado en suerte,

disparaba sin ninguna gracia,

llevaba un sombrero demasiado pequeño,

no llegó muy lejos en el escalafón del mal,

y el bien le avergonzaba y se lo sacudía

de su traje negro como si fuera el polvo de los pobres.

Aunque, debo decirlo,

he envidiado esas manos que te abrazaban

en el cabaret,

y sus zapatos que, mal que bien, guiaban tus pasos sabrosos en ese baile que no parecía tener fin.

Abro los ojos y digo tu nombre

en el silencio de esta casa en penumbra,

sueño los lugares por donde hubieran podido vibrar tus pies

y entonces, me llamas desde el otro extremo de la existencia,

me dices que ya está la cena en la mesa,

que no me olvide de echar de comer a la gata,

que deje de hacer lo que sea que haga

y acudo volando, volando

y te llamo otra vez con tu nombre secreto

sin que nadie lo oiga.

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