Cortar cebolla siempre es un riesgo. Hay quien aconseja ponerse unas gafas de buceo. Pero las lágrimas limpian los ojos, ¿y los recuerdos?.
Muchas gracias por comentar, Alfonso.
Has ido despojándo(te) de esas capas hasta llegar al núcleo esencial…
Tenemos tantas capas ya, que no podemos oír bien a nuestro corazón…
Precioso poema!
Profundizando siempre en tus versos, amigo.
Bellísimo poema Rafael.
Desnudándonos hasta lo más hondo del ser, que como con la cebolla, nuestros ojos se impregnarán de lágrimas de emociones al retirar cada una de ellas.
Un abrazo
Desprenderse de cada capa hasta dejar desnudo el corazón. Magnífico!!
Nunca lo había visto desde esa perspectiva a la hora de pelar una cebolla. Precioso!!