Oh, dulce morena tenerte cerca me desespera.
Soy colibrí herido que desea el néctar de tus labios sin poder besarlos.
Seca hojarasca que le ruega al viento me eleve en suspiro hacia tus primaveras.
Bulevar de ensueño, frondoso follaje, quiero, en tus ramajes, reposar mi nido.
Oh, morena bajo el candor de tu piel carbono, yace el fulgor de tu adamantina brillante.
Resinita de ámbar, gema preciosa que me han traído las olas del mar.
Son tus ojos océano recóndito, en tus misterios permíteme sondar.
Oasis perfecto en mi gran desierto, déjame beber de tu manantial.
Trenzas en tu pelo caen por tu espalda, como las cascadas fluyen hacia el río.
Eres duna inquieta bronceada de sol, formas caprichosas que atraen y enamoran.
En tus grandes médanos deseo caminar y si tú quisieres mis huellas dejar.
Oh, bella morena como la oruga en su metamorfosis de crisálida a mariposa, esperaré en capullo para, cuando quieras, volar hacia tus brazos.
