Paseo de la ermita

A la sombra de los árboles

está el camino que lleva

hasta la preciosa ermita

donde siempre nos esperas,

a tus hijos belmonteños

con tus puertas siempre abiertas,

que al ver tu amable sonrisa

y esa mirada tan tierna

nos alegra el corazón

y el alma alivia su pena,

cuando secas nuestras lágrimas

como pañuelo de seda.

Desde niños nuestras madres

de la mano a ti nos llevan,

también los recién casados

te muestran su amor y entrega.

No podemos ignorarte

al pasar junto a tu puerta

y, entramos a saludarte

y, encender alguna vela,

a rezar una plegaria

o, contarte alguna pena.

Y tu siempre tan atenta,

en silencio nos esperas.

Eres la llena de Gracia

que junto a tu hijo nos llevas.

Eres la que siempre escucha.

Eres la que nos consuela.

Con solo mirar tus ojos

mi espíritu se serena.

Por eso querida madre,

Belmonte te honra con fiesta,

es en el mes de septiembre

cuando sales por la puerta,

bajo tus pies bellas flores

en hombros como una reina,

entre vítores y cantos

de tus hijos que te esperan

con las lágrimas brotando,

al ver salir a su estrella,

que hasta el castillo se inclina

ante tan linda pureza.

¡No hay momento más hermoso!

Y no hay estampa más bella,

no hay una emoción más grande

que el corazón estremezca,

que al verte madre querida

saliendo por esas puertas.

¡Viva la Virgen de Gracia!

Viva nuestra madre buena

¡Viva la preciosa flor!

De entre todas la más bella.

3 Me gusta