Para ti

Que no se complique la deuda y, Alejandro, recuerda
que siempre la mayor es contigo, más cuando en su inercia
te arrastra tanto olvido como quepa en tu garganta corrosivo,
tú en el delirio viviendo un día que se ha ido tiempo atrás
si marcado está el camino que te ha volver a más.
Esa dulzura que no se te escape del gusto entre arbustos
a la oscuridad donde no existirá quizás un momento
que todo lo cambie: sin par en el mundo adónde tú irás,
qué transporte te esperará y qué último recurso
antes del gran final que tú mismo le preparas a un público
inmediato al que te ata algo insufrible.
Tú medicas tu trastorno con el ácido periódico,
ácido retórico que nubla tus sistemas
y ya no eres ningún otro y así al fin funcionas
como es que debieras desde épocas remotas,
que no te mientan con historias poco sólidas
algunos en su inopia testarudos que te abordan
absorbiéndote en conjunto por ahora que aún no has ido
a tu sitio en el trono de los pobres.
Concédete el perdón otra noche que desbordes
el mal de tu interior, y no quiero decir nombres
salvo los que sabes ya de sobra
y no lo reconoces porque obras en pro
de causas atroces que son la extinción
de completa tu especie ahí en el sillón,
creyéndote fuerte pero siendo inferior
a toda la gente tú en ese estado mediocre.
Di adiós y que más ya no te encuentren por hoy.

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