Para quién será la poesía
con tanta alcurnia,
con esa palabrería
de palacios de cristal
que nos esquivan las emociones.
Para quién será la poesía
que no sirve
a entender el dolor
de los besos esquivos
de los amantes.
Para quién servirá la poesía
que no llegue como un relámpago claro
a las entrañas del corazón.