“Tú que has nacido
en los ojos profundos de la libertad.
A ti, que has mamado
la dulce leche de la tolerancia,
¡que creces jugando a la verdad!
y huyes de la fuente de la ignorancia.
A ti, que en tu justa niñez
la felicidad te acompaña,
que nunca sufriste
los negros abrazos de la crueldad
y arrullada en el canto de la indulgencia
aprendiste palabras que acarician las almas.
Tú, que en esos sueños
de príncipes destronados,
te elevas
entre las brumas de la mezquindad.
Y así, luchas con tu pequeña mente
¡tan lúcida!
contra los vientos que paralizan el mundo.
¡No dejes que te venza la oquedad!
no te sumas en la oscura realidad.
sueña, ríe, juega…
¡respira la alegría! En tu alegre ingenuidad”.
Águeda Molina