Pan

Todo este tiempo no hemos hablado más que de alimento… De antropofagia, de canibalismo, de comer-nos.
Acaso al hacerlo, ¿no hablamos de com-partirnos con otros?
Y una vez más, compartirnos ¿no es com-partirnos como el alimento, como se comparte el pan?
Quién querría espantar a la flor, al viento, a los pájaros, a la orquídea, a la abeja, a la madre selva de nuestro desmesurado cuerpo…
Quién querría alejar al cuerpo del caos cosmológico y del orden que prometen sus estrellas…
Nos abrazamos a todo lo que existe con el fin de com-partirnos como se hace con el pan, aun a riesgo de morir de hambre, de que de él no quede nada. Y ese habría de ser nuestro don… el más enteramente humano (humano y no humano) y lleno de una, delicada y sutil gracia ¿humana? ¿divina? ¿o quizá, sea más correcto decir, de una alianza y afinidad de lo más intensiva?
Con el fin de abrirnos oblicuamente a todo modo de ver lo existente, ya sea en el mundo humano, de la cosa, del animal, del vegetal, de la pura dureza mineral.
Volviéndonos un tanto mistéricos, es decir, entre misteriosos y místicos en nuestro modo de navegar, de habitar, de andar la tierra y percibir el mundo o nuestra visión cosmológica de él.
Convirtiéndonos en duros pan-teístas. En deidades intensivas del alimento, del pan. En donde un todo se comparte mediante redes, que no pueden ser más que intensivas frente a todo lo existente.
Y entonces, el cuerpo ¡es! siente.
Y al sentir es el medio, el canal por el que pasa y reproduce, multiplica la intensidad en forma de panes y de peces. De ese todo inexpresable que teje, que hace, que concretiza y siembra. Que hace cosmos moviéndose de aquí para allá y que a la vez desteje.
En donde lo importante es com-partirse. Y donde lo que se comparte con otros seres es siempre el alimento, su pan, su todo. Y todo ya es un compartirse salvaje, multidimensional, nutricio y contagioso.
¿O qué he querido decir con multiplicar panes y peces? ¿Qué significa compartirme con el otro?
Devenir otro, es com-partirse, no ser propiamente ese otro.
¿Acaso sea donar, dar regalos, robar o dejarse robar por otros existentes?
Dar y pedir favores.
Tener el don, la magia, la sonrisa hechicera y la confianza de quien puede dar, de quien devuelve favores.
Un modo natural del cuidado y del armado de redes que tomando a todos los existentes hace uno, para nuevamente compartir su sustancia como lo hace la miga en hogaza de pan.

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El rigor de los tiempos es eso, compartir, pero prela un abanico de intenciones en el compartir, no obstante me gusta ese verbo compartir, aún teniendo un trasfondo divisionista. El párrafo es una invitación a romper una cadena de significantes porque ofrece un modelo simbólico como propuesta o proyección de un diagnóstico de la actualidad.- Aplaudo.

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Exacto, algo se desencadena al compartir y excediendo a la palabra. Saludosssss​:sparkling_heart::two_hearts: