Palomas

Se arremolinan
en el parque,
juegan a la petanca,
se comparten
sus achaques,
sus vieja batallas,
sus decepciones.
Algunos alimentan
a las palomas,
a esas basuras con patas
que inundan la ciudad.
Y así son todos sus días.
Esperando
a que ocurra algo,
algún beso de sus hijos,
hijos que ya ni ven.
Esperando
que dé la hora de comer,
para ir a su casa
a emborracharse de Soledad.
Esperando
que el cáncer les dé las buenas noches.
Que zorra es esta vida,
que todo se acabe así,
esperando que la aguja del reloj
marque la hora
y las palomas tan ingratas
defequen
en sus lápidas.

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Un baño de desolada realidad es este poema!
Tristemente, en muchos casos, es así y eso lo supiste reflejar muy bien, compañero.
Saludos!

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Crudo y desgraciadamente real en bastantes casos.
En muchas culturas a los ancianos se les venera. Aquí, en muchas ocasiones, se les aparta o se les aparca.
Muy buen poema, Francisco.

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Si, la muerte acecha así, cuando tus fuerzas han acabado, otras veces no, es aún peor.
Precioso❤️

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Gracias!!!

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Disculparme, por mi realismo sucio.

Wow, muy intenso. Saludos cordiales.