Tu paso fugaz por mi existencia
dejó una estela de sensaciones
con aroma de otoño y nostalgia
que no diluyen las estaciones
ni los añoros de mi conciencia
Con tus gestos sutiles lograste
como el suave vaivén de la fronda
en su lento descenso hacia el tapiz
grabar tu propio nombre en la honda
depresión que provoca estar sin ti
Desde entonces no se va el otoño
el frío paisaje prevalece
el cielo no deja de estar triste
encapotado, con tonos grises
y con lamentos que no enmudecen
Te expresé por los medios posibles
lo que nunca pudiste percibir
la simiente no cayó en la huerta
sino en tierra hostil y pedregosa
convirtiéndose en palabra muerta