La piel estéril se desprende como ropa vieja
ya ajena al olor de la mirada del que espera
y canta una canción que nunca se acaba
esa música del alquitrán
y la fatiga
esa lluvia de palabras sencillas
que sin ser lluvia
cala.
Aquí he visto y sentido el hastío que produce la rutina del día a día. El cansancio de la espera inútil de algo que nació como ilusión y que nunca será.
Te animo a seguir deleitándonos con estos paisajes urbanos. Tal vez se trate solo de ver la ciudad con otros ojos,con los ojos del poeta,para,a pesar de todo,aprender a amarla.