Otra vuelta del reloj

Persigo el bucle atónito
de todo ya hasta arriba
aprisa porque aprieta
otra vuelta del reloj.

La duda me transporta
lejos de ser yo
a través de aquí está grieta
abierta a maravillas
de las que ni siquiera gozo
por temor de algún mal paso
que arrase con lo hermoso
de cada estación.

El signo de mi frente
es siempre interno ardor
ya no tan indiferente
entregando un corazón
sin curación que aún se sepa.

Me abandono a mi pereza
en paz mientras me dure
el efecto de esta droga
asesina que es sublime.