Jure que nunca más iba a sentarme a esperar,
Y ahora has logrado que me descalce las botas, y duerma en una acera
Jure que nunca más pasaría madrugadas mirando una pared vacía;
Y ya han pasado 36 horas frente al Monitor de Despedidas.
Ya sé que a veces nos hacemos falsas promesas –la verdad que yo no era así-
Que cruzamos los dedos detrás de la espalda mientras prometemos con la cabeza.
-pero yo no era así, hasta ahora-
Por ti, me puse otra vez el uniforme de mochilero,
Desempolvé mi maquiavélico diccionario para hacer Auto stop;
Trace ruta en mapas desactualizados ya, -pero con ganas de dar batalla aun-
Giré la cabeza como brújula y maldije mi falta de ejercicios matutinos.
Jure con la mano en la sección de deportes del periódico de ayer,
Que no saldría de entre estas cuatro paredes
De entre la comodidad de mi falta de compromiso;
Y heme aquí, abofeteándome a mí mismo
En el baño de esta terminal de trenes
Otra vez, en Lista de Espera.