Las diosas estivales
deshojan almas verdes
en sus regazos de retama.
Alazanes magníficos
de níveas crines
cubren con pétalos de seda
valles y templos.
Vibran las espadañas
olímpicas. Hojas extintas
desfilan por los altares
en la hora de los difuntos.
Las ramas agotadas,
ahítas de sacrificio,
se rinden al viento.
Es el ocaso del estío.
Es la hecatombe del tiempo.
Adiós a tus labios salados.
Adiós, mediterráneos
besos.
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Un agridulce sentir me dejaron sus versos, entre lo verde de un verano y lo triste de un adiós. Gracias por ese “cachumbambé” de sentimientos.
Un abrazo, poeta.
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Gracias a ti, Marta.
Te trajiste un pedazo de Cuba en ese vocablo “cachumbambé” Martha , si no me equivoco es autóctono de la Isla. Saludos.
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Una personificación maravillosa con exquisito argumento —bravo Pedro—.
¡Ay, pues mira qué sí!
No puedo ocultar mi cubanía en las costumbres y en el habla, aunque en ésta se haga menos evidente con los años.
Saludos, poeta.
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Creo sentir un vaivén entre la épica y la lírica.
Saludos.
Con permiso de @Marvuela ,Comparto contigo esta estrofa Cubana de Nicolás Guillen uno de los poetas de los que más he aprendido (asumiendo que llagara yo a saber algo de poesia). Creo que nuestros pueblos son tan parecidos, que hasta cometen los mismos errores históricos.
«Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.
Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.»
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La épica me transporta a otros mundos 
Gracias por tu acertado comentario Lauro
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Muchas gracias @ludico. Marta nos ha regalado una nueva palabra hermosa!
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Qué belleza de respuesta usando un extracto del poema de Guillén. Geniales metáforas usó en él, como las usadas con gran maestría en este poema que leemos y nos atañe.
Gracias, Domingo.
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Un adiós muy sentido y hermoso. Un gusto leerte. Saludos cordiales.