Las paredes retumban
por el grito de mis miedos
pero no hay más que silencio
paralizado por la tentación
de la gula extrema
del sueño eterno
de observar el límite
de lo inobservable
Las paredes retumban
por el grito de mis miedos
pero no hay más que silencio
paralizado por la tentación
de la gula extrema
del sueño eterno
de observar el límite
de lo inobservable