Para Talía
Todas las palabras de la noche caben en un papel.
—Un trozo de papel cuadrado alcanza
para encerrar todas las historias del mundo—.
Como el amor, el arte del origami se basa
en la paciencia del pliegue.
Doblar. Ajustar los bordes. Presionar.
Amoldar el papel a nuestra imaginación.
Llenar la barriga de la grulla
con todas las palabras vertidas.
Ni las más pesadas culpas, ni todas las piedras
del camino impedirán su vuelo.
(Otra cosa son los vientos. Otra cosa es el vértigo.
Otra cosa son las balas del cazador.
Pero de eso, mejor no hablar).
Sobre la cama soy un trozo de papel en el que caben
todas las palabras de la noche. En tus manos
adivino el oficio. En mi piel se marcan los pliegues.
Dóblame. Guarda en mi barriga
todas las culpas, todas las piedras del camino.
La parvada me llama. Nada impedirá el vuelo.
La felicidad, dicen, está al final del arcoíris.