Déjame amarte
en la soledad del silencio,
sin que un signo
abandone mis labios
sin que una de mis palabras
se pose junto a ti,
permíteme cuidar
de tu alma
déjame ser,
en mi añoranza feliz,
permite que vuele
el recuerdo,
aunque lejos
estés de mí.
Concédeme un lugar
al borde de tu lecho,
déjame velar
tu respiración,
ver por las mañanas
tu sonrisa alada
tu mejilla sonrosada
y escuchar tu oración.
Consiente que siga tus pasos
que marque huellas tras de ti,
déjame imaginar
tu mano cálida
ver tus labios carmesí,
contemplar
tu garganta abrigada
como colocas las gafas,
sobre tu nariz.
Permite que me acerque
a tu pecho,
llevo entre mis manos
poemas
que por la distancia
nunca podrás vivir,
déjame amarte tanto
como la flor al colibrí,
rodeada de silencio
atada a una lágrima,
que solo lloro por ti.
Que belleza Maria Mercedes !!! Y pensar que hay afortunados a quienes se les escriben poemas asi !!! Que delicadeza y que elegancia para este monumento de amor !! Bravo ! Me quito el sombrero con reverencia !!
