Señor, estoy cubierto de ceniza;
mi lengua es un despojo de la nada,
purulenta semilla descarnada
donde el tiempo, salobre, se tamiza.
Señor, yo no soy digno de la tiza
que dibuja el contorno de la espada;
que perfila la carne, desgarrada,
hundiéndose en la trama que me hechiza.
Señor, aquí te ofrezco la cintura
de todos mis recuerdos, la escultura,
inconclusa, del odio sempiterno.
Señor, ya no me dejes en la sala
de espera, allí la muerte me señala,
con su alada sonrisa, hacia el infierno.
12 Me gusta
¡Bravo señor Prado…Bravisimo!
1 me gusta
Wowwww, qué maravilla de soneto.
1 me gusta
Muchas gracias. Me alegra que te guste. Un saludo.
Gracias por tu amable comentario. Un saludo.
1 me gusta
Muchas gracias. Una oración para tiempos oscuros. Un saludo.
1 me gusta
Genial tu soneto Pedro, felicidades
1 me gusta
Muchas gracias por tus amables palabras. Saludos.
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Saludos.
1 me gusta
Sinmi
12
Wow, deslumbrante, maravilloso, llega muy hondo. Me encantó muchísimo.
1 me gusta
Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo.
1 me gusta