Texto con sangrado
Ojos brillantes en medio de una multitud
que iluminan el día como una estrella fugaz
pasa pocas veces en este transitar,
estar frenético es algo que se premia
parece no importar la pena
de seguir viendo como todos van.
La agitación y ruidos telefónicos no eran el problema
sino el temor a mirar hacía dentro detallando el matiz de colores,
lo hizo sin querer,
miro al alma cansada de correr detrás de la nada,
que cuando llegaba casa seguía sintiéndose vacía
y desesperada por lograr más.
Ojos distantes que pierden el brillo
y siguen la ruta de la multitud,
el ruido dice que hay que encajar
y botar las gomas viejas para pasar.
No importa mucho, la moda las dejo atrás,
quizás esa voz miente, porque duele…
Cuando los colores se pierden
y abandonas la ruta trazada que idealizaste
a los 15 años, duele
estar rodeada de tanto ruido y no entender
que haces siguiendo a los demás, cuando
quieres seguir viendo los ojos de la niña brillar.