Cuando decimos"obras son amores",
se supone que siendo muy sinceros
no somos para nada pordioseros,
presas de despreciables resquemores.
Que lleno está el planeta de objetores
que tal que fueran buitres usureros,
cascando siempre van nuestros traseros
aunque arriesgar arriesguen sus honores.
Será que si a menudo maniatados
hemos de soportar malas pasadas
cuando la libertad se nos comprime,
a posta habremos sido maltratados
a traición recibiendo las patadas
por más que la razón lo subestime.