Nunca me hables en voz baja

Nunca me hables al oído
en voz baja
con tu voz de madera roblaica
porque me crispas
me corro… me troto… y me camino.
Tú dislocas el umbral de los poros
las manbibulidades felascientes
tú haces de mi boca
una probóscide
alimentándose
de un lácteo tulipán
que se desenrojese.

4 Me gusta

que bonito

1 me gusta