Buscando luz en el vacío que nutre mi cuerpo
encuentro esos pedazos que murieron esperando emanciparse,
nuestro amor se deshace como un lirio marchito,
he fallado en el intento por unir sus partes.
Escribo nuestro como si fuese algo compartido y no un deseo mío,
un deseo delirante de hacer funcionar este vínculo como si aún estuviese vivo.
Nunca quisiste este querer intenso y recalcitrante,
directo e insignificante… para ti
por eso te dejé fuera de la ecuación,
por eso ahora he de revivir algo muerto,
algo egoísta e íntimo que solo yo siento.
En el suelo,
mi cadáver formula una pregunta:
¿qué sabrás tú del amor si nunca has muerto por ninguno?