Ojalá pudiera tocar esas tardes con mis ojos,
otra vez,
con la misma lluvia
y el mismo Sol cortando el viento,
desparramando gotas de colores
entre la montaña y el río,
y un frío que abrigaba el sueño.
Ojalá pudiera recoger otra vez
entre mis manos esa juvenil nostalgia
que aquellas veces sentíamos,
de saber que aquel momento se iba
y solo nos dejaba imágenes vivas
de nuestra efímera felicidad,
y a pesar, todo no era más que un temor
que muy pronto se perdía en la lejanía,
pues a la mano estaban nuevos sueños,
los placeres de una existencia sin preocupación,
las delicias de ganar un juego que no tiene fin.
Trozos de alegría que podíamos llevar
para cuando quisiéramos recordar
lo que fue un día jugar con la eternidad.
Ojalá llovieran de nuevo en mis ojos las gotas
que hoy ya no tengo más,
de tanto recordar lo que se fue,
para volver a ver los colores del atardecer,
cuando el aíre se llenaba de vida
que trataba de sobrevivir al día,
y se nos escapaba al encenderse la noche,
pero jamás pensamos que algún día
se habría de agotar.
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Esa nostalgia de lo perdido que da vida al poema, hace que este sea hermosamente rico en su contenido y en sus formas. Un gran poema. Saludos.
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Como todas las nostalgias, los recuerdos vivifican sentimientos, y ellos te hacen escribir éstos versos que son clamores poéticos y melancólicos.
Me gustó el poema
Abrazo
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Agradezco que hayas leído el poema y tus generosas plabras poeta. Saludos.
Muchas gracias por tus palabras poeta. Saludos.
Muy agradecido por tus expresiones poeta. Un abrazo.
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Grandioso Carlos@carosif , un aplauso 
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Gracias estimado poeta. Saludos.
Cómo vuelven tus letras a mis ojos, Carlos… grande! 
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Muy agradecido por tus palabras poeta. Saludos.
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