La noche aquí huele a invierno
y a humo de leña quemada
por los imprevistos de una tormenta
de verano
que duró tampoco como una migraña
por calor,
será la primera noche en todo el mes
que consiga taparme las inseguridades
un poco mejor,
normalmente brillan más en la oscuridad
y eso me incomoda tanto que no puedo
evitar hablar hasta sacarme la garganta
y sercarme los labios
y pensar que nunca más tendré voz
o que cambia con cada miedo
que pronuncio y escuchas
y no atiendes;
es mi ego quién habla,
sabe que conocí un alma gemela
que apenas puedo mirar a la cara.
Creo que me he abandonado
a la suerte
de creer que no merecía más
y me he vuelto dependiente
de una distancia que nunca resolveré
porque soy una mala recomendación
para los números
y quiero sufrir de mal de altura
si el destino es poesía, arte o naturaleza,
porque no necesito más,
porque un ídolo me lo dijo una vez
a través de cartas muertas;
estoy esperando a que mi vida comience
y lo hará pronto si lo permito
y detengo los pensamientos intrusivos
que creen que todo permanecerá igual
cuando yo no lo he hecho
y el tiempo me demuestra que tú tampoco.
Y cambiar está bien
porque tenemos que ser el cambio
que queremos ver en el mundo
y yo quiero uno con tanta paz
que tarda en terminar
porque me siento estúpida
al recordar que fui la primera en todo
y eso no siempre es bueno;
fui la primera en dar la mano
y compartir canciones,
fui la primera en decir “hola”
y la última en decir “adiós”,
fui la primera en dar un abrazo
y en expresar un amor más grande
que el universo por ser comprendida
después de todo y de tanto,
me conoces más de lo que me reconozco
en el espejo del baño
y en los personajes de todas las historias
que empiezo y nunca acabo
y eso me hace sentir vulnerable
cuando tengo mal talante
y creo que ha sido en vano.
Me gusta hacer planes
tanto como pensar demasiado,
aun sabiendo que ninguna de las dos cosas
me traerá ningún beneficio
y no podré reclamar todas las buenas
vibraciones que le demando al mundo
por la deuda que contrajo conmigo
al traerme de este modo,
he perdido la confianza
y nunca debería haberlo hecho,
pero el Coldplay de hace veinte años
lo hace más sencillo;
creo que he perdido algo
que protegería con mi vida,
he sentido el hilo rasgarse con una rama
y puedo ver los hilos estirarse tanto
que temo que se desgasten
y ya no vuelvan a unirse más,
creo que he perdido la conexión
que creía inquebrantable a los ojos
de cualquiera y la amistad
por la que doy tanto
que me quedo pobre y en banca rota.
Como he dicho antes
es mi ego quién habla,
y seguramente no se acuerde mañana
de que una vez tuvo más poder
del que yo tendré jamás,
recordará que teme quedarse solo
y sin nadie a quién contar toda
esta poesía desgastada
y volverá a comenzar
como si nada hubiese ocurrido;
no necesito que rompas tu cabeza
si alguna vez ves esto,
si alguna vez te dejo leerlo,
mi sitio no está aquí
pero tampoco dónde tú estás
y lo acepto tanto
como saber que el camino de vuelta
es más largo
que antes
y duele menos,
así que nos vemos pronto.
O tarde.
O nunca.
Canción: “See You Soon” — Coldplay.