Estábamos tan bien en medio de la tormenta
tan cómodos mientras el temblor nos azotaba con su furia,
sigo sin entender cómo es que ahora sufrimos
apartados del dolor de dos que caminaban sobre fuego
cómo es que el naufragio de este amor era mejor
mientras sentíamos las tormentas y los remolinos de miedo
cómo es que con navajas de verdad nos lastimábamos
y nos amábamos en el silencio;
la calma llegó con el sufrimiento
y sigo sin entender
cómo es que ahora sólo con eso sueño
y no son pesadillas
Salvar lo nuestro era darle más tiempo al demonio de la duda
implicaba perdernos en un sinfín de diferencias
en la furia del tornado que nos invadía
y nos empujaba hacia la locura;
la neblina en nuestros pensamientos
no permitía pedir ayuda para salvarnos
entonces en medio del atardecer,
mientras miraba la puerta para salir
mientras, por un momento estático,
te veía por última vez,
el sol se fue muriendo
sentado en el sillón, me iba sumergiendo
en el mar Infinito de la tristeza
aferrado al sol que se marchaba,
al naranjado ocaso de nuestro amor,
tus manos me vieron salir
y en tus labios la emergencia de otro deseo
mientras por última vez
tus ojos vi
Lleno de ira por lo que acontecía
comprendí
que contigo o sin ti
que conmigo o sin mí
que contigo o sin mí
que conmigo o sin ti
al igual que esa mañana
en donde apareció el alba
que nuestro amor vio nacer
o como ese atardecer,
nos vamos a morir