Oh navidad, noche de mentiras,
zumbido que recata el sufrimiento, no de nosotros
sino de los rostros tristes de los elfos desafortunados.
Aquellos seres adorables —no tanto— duermen
por más de trescientos días
esperando despertar solo para recomenzar su rutina laboral
sin descanso alguno
y entre las garras de un viejo decrépito
que los usa como un niño con juguetes nuevos.
Noche buena es sinónimo de descanso;
para los elfos es el quehacer inoportuno
de una lista de objetos ininteligibles.
Navidad, para nosotros, es familias, AMIGOS y CANCIONES;
¿qué es familia para los elfos
si no es más que el toqueteo de las máquinas
con las que fabrican alegrías ajenas?
El ring ring de las campanas es símbolo de SUEÑOS;
para los elfos es el terror del comienzo de un infierno venidero
y el llamado espeluznante del viejo barbudo quien los espera
para su PLAN de mentiras y explotación laboral.