Tienes un bello estilo
de emitirme tu olor a feromonas
y ardo siempre que pilo
tu cuerpo con hormonas
cuando riegas mi vida y me la abonas.
Al tirarte del hilo
extraigo en tu boca el poema acróstico
donde entra con sigilo
mi amanecer inhóspito
que te alumbra contra todo pronóstico.
En mi mente cavilo un
protocolo improvisado de enzimas
y, de alta traición, rilo un
cambio brusco del clima
que me empapa en frío, lodo y calima.
Con razón vacilo
inestable en el escenario roto
y las noches en vilo
paso en el alboroto
de un dolor de alma que es un maremoto.
Y el dolor brama al filo
en la estampida de lluvia imponente
de una flor sin pistilos
que se queda latente
en el jardín del desamor hiriente.
Y en desamor esquilo a
todo abandono de la centralidad
donde nunca espabilo a
la doble dualidad
de estar contigo, o por casualidad.
Arde en vela el pábilo
en el cómputo total del misterio
y en tu mundo vigilo
el legado más serio
de estar contigo en cualquier hemisferio.
Flecos de odio deshilo
para que odiar no tenga moratoria
y nuestro amor perfilo
de forma perentoria
para así escribir nuestra propia historia.
En mi cielo cubilo
en un rincón de ceguera amorosa
sin derecho de asilo
para el insulto en prosa
de un caos que es Efecto Mariposa.
¡ Sí,… me gusta tu estilo
de imperfecto y de perfecto arrogante !.
… Y en mi perfil compilo
el virus penetrante
con (el) que infectas mis noches delirantes.
Del Poemario NOCHES DELIRANTES.