No le temas al sueño que ostentoso se convierte en ilusión. El miedo tiene garras inclementes, lo rompe todo. No temas esta noche, ni al estrépito final. No le temas al oscuro instante terminal. Obcecado el pensamiento que te arruina, te desgasta, como el otoño a los verdes prados. Tú sientes que la vida se ha ido de tu lado. La sombra del desvelo es incesante. Se torna sempiterno en los inviernos, y se hace un poco más cobarde, en el otro extremo del Adviento, cuando el Sol dura todas las horas, y parece que te quemas.
No tengas prisa, ni recelos. Los días suman desgobernados, cada uno cuenta a su manera, que ahora vienen desparejados, tan enclenques como airados.
7 Me gusta
¡Me gustó mucho!
Toda esa mezcla de oscuridad, temores, el paso de tiempo, a veces acelerado, a veces en cámara lenta, que duele, que amarga…
…tus palabras me hablan!!!
1 me gusta
El miedo nos quita lo mejor de la vida. Muy bueno. Saludos poéticos.
1 me gusta
Excelente y aleccionadora prosa.
“No le temas al sueño que ostentoso se convierte en ilusión. El miedo tiene garras inclementes, lo rompe todo. No temas esta noche, ni al estrépito final. No le temas al oscuro instante terminal.”
1 me gusta
Sumamente profundo
Envolvente, oscuro
Hermoso!!
1 me gusta
Muchas gracias por tus palabras