No te lo tomes en serio.
Si quieres,
sigue creyendo,
sigue sin cenar,
sigue soñando
que esta vez era posible.
Haz lo que quieras.
No te lo tomes en serio,
ahórrate antiácidos,
y malas noches de insomnio.
Al fin y al cabo,
fue tu elección
hacerle caso a tu padre.
Solo había dos caminos,
y elegiste el equivocado.
Decidiste vivir en la orilla del río,
lejos de la gloria,
ajeno al oro de los laureles.
No te lo tomes en serio
Pero déjame decirte algo:
¡Hala Madrid!