No sé por qué razón

No sé por qué razón
miraba el horizonte,
la playa, solitaria,
las barcas con sus foques,
y luego, en lejanía,
sonido de tambores,
dejando con sus ecos
el paso de los hombres.

No sé, por qué razón,
recuerdo algunos motes,
de amigos de la escuela
y jóvenes sin nombres,
unidos en destinos
de vidas en desorden,
pidiendo las migajas
que daban a los pobres.

No sé por qué razón
hay pájaros y bosques,
y lirios en los ríos
con ranas que se esconden,
y niños que caminan
por sendas y por bordes
de riscos y cantiles
que angustian corazones.

No sé por qué razón
tus besos y pasiones,
se acercan a mis labios
buscando que los tome,
los bese y nos besemos
uniendo corazones,
sintiendo mil latidos
de niños ya mayores.

No sé por qué razón
miramos los relojes,
si hay uno que llevamos
en nuestros corazones.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/24

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Qué bello poema, con un verso final muy hermoso!!! Aplaudo, poeta!!!

“No sé por qué razón
miramos los relojes,
si hay uno que llevamos
en nuestros corazones.”

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Gracias Lucía.
Saludos.